viernes, mayo 26, 2006

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El siete es el número natural que sigue al seis y precede al ocho.

Es el cuarto número primo.

El polígono de 7 lados recibe el nombre de heptágono.

El siete es un número muy recurrente en la cultura.
Son siete los días de la semana, siete los colores del arco iris y siete los pecados capitales.

El origen de esta popularidad está en la observación del cielo por los antiguos astrónomos. La inmensa mayoría de las estrellas no cambiaban de posición las unas respecto a las otras durante el año.
Sin embargo, observaron siete cuerpos celestes que sí lo hacían. El Sol y la Luna, los dos primeros, evidentemente formaban parte de ellos. Los otros cinco eran los planetas que pueden verse a simple vista, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, y que los pueblos antiguos consideraban estrellas móviles.

Estos siete cuerpos celestes dieron a los días de la semana sus nombres: Lunes (Luna), Martes (Marte), Miércoles (Mercurio), Jueves (Júpiter) y Viernes (Venus). En español Sábado procede de la fiesta hebrea "Sabbat" y Domingo de la palabra latina "Domus", el señor (Dios). No obstante, en inglés, por ejemplo, se mantienen los nombres originales de estos dos días: Saturday (Saturno) y Sunday (Sol).

El 7 es el resultado de la suma entre 3 (lo celeste) y 4 (lo terrenal). Se considera un número perfecto que simboliza la relación de lo divino y lo humano, cuyo resultado es la creación, llevada a cabo en 7 días. Para casi todas las culturas fue siempre un número mágico.

En el alfabeto hebreo es la séptima letra, llamada zain. Representa los valores espirituales, que son la finalidad del mundo: Dios creó el mundo en 6 días y el séptimo descansó.

Es signo cabalístico de la luz y representación del ojo humano capaz de captarla; es el sefira neshá que representa el Triunfo o Carro del Sol triunfante representado por el 7º Arcano del Tarot.

El 7 es además nº masculino que como saeta conduce al cielo.

En la religión islámica hay 7 estadios o cielos.

Son siete los pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

Son siete las virtudes teologales: Contra soberbia, humildad; contra avaricia largueza; contra lujuria, castidad; contra ira paciencia; contra gula templanza; contra envidia caridad y contra pereza diligencia.

En el Libro del Apocalipsis se abren siete sellos antes de que se desate la ira de Dios, que somete al mundo a siete juicios -cuatro para la naturaleza y tres para el resto de las cosas- y es escoltado por siete ángeles que hacen sonar siete trompetas para enviar siete castigos sobre los injustos.

William Shakespeare dividió en siete las edades del hombre: infancia, niñez, el amante, el soldado, el adulto, la edad avanzada y la senilidad.

También se dice que fueron 7 los reyes de Roma y 7 sus colinas.

En España, la ciudad de Olmedo en la provincia de Valladolid es la villa de los 7 sietes:

7 iglesias
7 conventos
7 caños
7 arcos
7 plazas
7 pueblos
7 casas nobles

En el mundo hispanohablante se dice que los gatos tienen siete vidas. Sin embargo, las vidas de los gatos son nueve en los países anglosajones, entre otros.

Concurrencias del Siete

Los siete días de la semana: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo.

Las siete notas musicales: do, re, mi, fa, sol, la, si.

Los siete colores del arco iris: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta (se ven siempre en este orden de fuera hacia adentro, sin contar los colores que no pueden verse a simple vista: infrarrojo y ultravioleta).

Los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

Las siete artes: pintura, escultura, arquitectura, literatura, música, danza, cine.

Los siete mares: expresión sin fundamento geográfico, en realidad son uno solo.

Las Siete Maravillas del Mundo: La Gran Pirámide de Giza, Los jardines colgantes de Babilonia, El templo de Artemisa en Éfeso, La estatua de Zeus en Olimpia, El sepulcro de Mausoleo en Helicarnaso, El Coloso de Rodas, El faro de Alejandría.

Los siete sabios de Grecia: Quilón de Esparta, Bías de Priene, Cleóbulo de Lindos, Periandro de Corinto, Pítaco de Mitilene, Solón de Atenas, Tales de Mileto.

Roma, la ciudad de las siete colinas: Capitolio, Quirinal, Viminal, Esquilino, Celio, Aventino, Palatino.

Los siete reyes de Roma: Rómulo, Numa Pompelio, Tulio Hostilio, Ancio Marcio, Tarquinio Prisco, Servio Conatrugo, Tarquinio el Soberbio (de 753 a. C. hasta 509 a. C.).

La guerra de los siete años: conflictos internacionales desarrollados entre 1756 y 1763, para establecer el control sobre Silesia, una región histórica ubicada en las actuales Polonia, Alemania y República Checa.

La guerra de las siete semanas: conflicto militar entre Austria y Prusia que dio nacimiento a Alemania en 1866.

República de los Siete Países Bajos Unidos: Frisia, Groninga, Güeldrés, Holanda, Overijssel, Utrecht, Zelanda; agrupados desde de la Unión de Utrecht (1579), hasta la ocupación francesa (1795).

El romance de Los siete infantes de Lara: poema, uno de los más importantes cantares de gesta Castellana.

Las siete vidas del gato.

Las siete edades del hombre: la infancia, la niñez, el amante, el soldado, el adulto, la edad avanzada, la senilidad (según William Shakespeare).

Las siete frases pronunciadas por Jesús en la cruz:

Padre perdónales porque no saben lo que hacen.
En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.
Mujer he aquí a tu hijo, hijo he ahí a tu madre.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Elí, Elí, lema sabactaní)
Tengo sed.
Ya se ha consumado.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Películas: Seven, Los siete samuráis, Los siete magníficos, Siete días de mayo, Siete novias para siete hermanos, BlancaNieves y los siete enanitos, Siete años en el Tibet.

7 días
168 horas
10,080 minutos
604,800 segundos

El punto es seguir... y seguir aprendiendo.

sábado, mayo 13, 2006

y continuó...

Nelly de Jesús Chila Zamora
Alex Caranqui
Oficina de Asuntos Internos del CP2 Guayas
Policía Nacional del Ecuador

Buen día a todos.

Primero quiero agradecer el seguimiento que se ha dado a mi denuncia expuesta por correo electrónico el día 3 de enero de 2006, sin embargo y por obvias razones de tiempo y dinero, no me es posible trasladarme a la ciudad de Guayaquil en un lapso tan corto de tiempo, para ahora si, poder hacer mi denuncia por lo sucedido en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar el día 26 de diciembre del año 2005.

Recibí el viernes de la semana pasada, un primer correo electrónico, solicitando mi comparecencia para presentar mi denuncia por escrito y hacer las diligencias pertinentes a las 9 a.m. del día de ayer; por motivos de trabajo salí de la Ciudad de México (donde vivo, trabajo y actualmente me encuentro), y hasta hoy pude ver dicho correo electrónico, junto con uno nuevo al cual estoy respondiendo y donde también solicitan mi presencia para iniciar el tramite de la denuncia según los tramites de la ley ecuatoriana el día 8 de febrero del año en curso (mañana), a las 15 horas.

Lamento mucho que cuando quise hacer mi denuncia -el mismo día que sucedió todo- no se me permitió (por medio de la intimidación de los agentes) y mucho menos se me asesoro para poder hacerlo después.

Adjunto al correo dos archivos de imagen, que amablemente me hicieron llegar la representante de TAGSA- Aeropuerto Internacional Simón Bolívar; que corresponden a la carta de respuesta del Lcdo. Juan Pablo Luna Ojeda, Tnte. de Policía, Jefe de la Unidad Canina Antinarcóticos del Guayas, dirigida al Sr. Ab. Sergio Rodríguez Venator, Director del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar (TAGSA).

De la cual quiero hacer algunos comentarios.

El Lcdo. Juan Pablo Luna Ojeda, en su carta parece demostrar que no esta del todo enterado de lo sucedido ese día o al menos fue mal informado. Digo esto, iniciando por el hecho de que lo sucedido pasó el día 26 de diciembre de 2005, y no el 25 como al parecer le informaron.

El Sr. Luna Ojeda, explica que lo sucedido es un procedimiento normal, que tiene como finalidad, detectar pasajeros que se dediquen al tráfico de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, además de otros delitos que atentan contra la sociedad.

Eso esta muy bien, lo entiendo y aplaudo, y es por eso que en TODO momento cooperé como lo indica el Art. 2 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas.

Por lo cual, permití sin reparo que revisaran mi única pieza de equipaje y un casco viejo de motociclista que llevaba en la mano, deje que revisaran y retuvieran en todo momento mis documentos (pasaporte y pase de abordar), respondí a sus preguntas (algunas de las cuales, me parecieron bastantes absurdas) en al menos 2 ocasiones, siendo las respuestas las mismas en todas las veces.

Permití que se me tomara en dos ocasiones placas abdominales sin oponer ninguna clase de resistencia, a pesar de que a mi parecer, debió y debe de estar presente un medico o al menos un técnico radiólogo en este procedimiento, ya que se trata de la interpretación de una imagen no clara y mas si el equipo con el que se cuenta no tiene la capacidad necesaria para tan importante y seria labor de detección de cualquier objeto que albergue sustancias ilícitas dentro del cuerpo humano.

A pesar de toda mi cooperación –ya que siento inocente no tenia por que objetarme- sucedió algo que quizás no le informaron al Lcdo. Juan Pablo Luna Ojeda y por lo cual, espero que de alguna forma y por parte de ustedes le hagan saber: el señor agente de la policía antinarcóticos que estaba llevando a cabo el procedimiento normal conmigo, ME ACUSO EN MI CARA, SIN TENER PRUEBAS DE FACTO, DE HABER INGERIDO CAPSULAS (lo cual entiendo por mi limitada capacidad de deducción, se refería a capsulas con sustancias ilícitas).

Al yo negar dicha acusación, el agente me dijo lo de la nueva placa en El Hospital de la Policía Nacional para estar seguros de lo que era el famoso cuerpo extraño, donde yo nuevamente accedí a cooperar con el procedimiento normal como indica el Art. 2 de la ley antes citada. Sin embargo, me negué a pagar ningún costo de esa tercera placa, que según indica en su carta el Teniente, es un servicio particular. Fue después de dejar claro que no pagaría un centavo de nada y que si por dicho procedimiento, perdía el vuelo de regreso a mi país, ellos (y me refiero a la institución), pagarían entonces si, con los gastos que se generaran por el hecho de permanecer en Guayaquil.

Fue entonces que el procedimiento normal termino y me dijeron que “era libre de continuar con mi viaje” (no sabia hasta ese momento que había dejado de ser libre por un lapso de tiempo).

Posterior a esto y aun estando en territorio ecuatoriano intente presentar una queja formal (como propone haga ahora el Sr. Luna Ojeda), pero como ya sabrán y si no es así, lo vuelvo a decir, los agentes (al menos 5 de ellos), mediante lo que a mi me pareció intimidación, impidieron que la realizara.

En la carta de respuesta del Lcdo. Juan Pablo Luna Ojeda, Tnte. de Policía, Jefe de la Unidad Canina Antinarcóticos del Guayas; menciona también el Articulo 104 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas, que dice “La Policía Nacional, para cumplir con los fines señalados en este articulo, podrá realizar todas las investigaciones documentales, de laboratorio o (de) cualquier otra naturaleza técnico – científica.”

Junto con el Art. 2, ya mencionado de la misma ley, el Teniente justifica el que dentro de dichas investigaciones, los sujetos investigados, deben de pagar los gastos que generan dichas investigaciones (valga la redundancia). Es decir que si por algún motivo el investigado no cuenta con los recursos, ¿le quedara a deber dinero al Hospital de la Policía Nacional?, sí el procedimiento normal es implantado por la Policía Nacional y no por “… las instituciones, dependencias, servidores del sector y las personas naturales o jurídicas del sector privado,…” , entonces ¿no le corresponde pagar por los gastos que dicha investigación genere?, y si el Hospital es de la Policía Nacional, ¿por que cobraría por los servicios que requiera realizar una investigación en curso de La Policía Nacional? Se que la ley esta basada en su interpretación e intenta se clara, pero yo aun no entiendo.

Al Lcdo. Juan Pablo Luna Ojeda, Tnte. de Policía, Jefe de la Unidad Canina Antinarcóticos del Guayas, le parece que mi queja es expresada “… en una forma maliciosa, calumniosa y tratando de difundir una mala imagen de la Policía Nacional del Ecuador…”

Lamento que mi forma de expresarme en esa ocasión fuera la de una persona que fue violentada (les reitero que fui acusado) por agentes de La Dirección Nacional antinarcóticos y la Unidad Canina Antinarcóticos del Ecuador, ojala esto nunca hubiera pasado, pero paso; y el Teniente Jefe de la Unidad Canina Antinarcóticos del Guayas, como profesional y servidor publico, antes de emitir juicios sobre una queja de un ciudadano nacional o extranjero, debe ser la de ver que paso e investigar a conciencia si alguno de sus agentes actuó de manera no profesional.

Menciona también que es la primera vez que reciben una queja de esta tipo, lo cual puede significar al menos dos cosas: o en realidad la institución que comanda es de las mejores en su área o quizás (y como me paso a mi), los agentes impiden que se realicen dichas quejas; ojala sea lo primero por el bien de todos y lo sucedido conmigo y sus agentes haya sido un suceso desafortunado porque los oficiales tuvieron un mal día. Sin embargo no estoy del todo seguro de esto último, ya que el Lcdo. Juan Pablo Luna Ojeda dice en su carta que “… han existido ocasiones en que los narcotraficantes les interesa que no estén policías capacitados y con experiencia en los puestos de control para de esa manera intimidar a los nuevos agentes y tratar de pasar drogas ilícitas.”

Una vez más (a mi parecer), insinúa una acusación en mi contra, y si esto lo hace el Jefe de los agentes, pues no se puede esperar menos de sus subalternos.

El honor y la honra se ganan con un real y óptimo trabajo diario, la autocrítica y la constante revisión de los procedimientos normales deben ser la constante para mejorar día a día en cualquier labor, no se deben hacer cosas buenas que parezcan malas, ya que el Objetivo Único (que no principal) de los Agentes Antinarcóticos de cualquier país, debe ser el de hacer cumplir las leyes en contra del narcotráfico.

Ojala pudiera ir a Guayaquil para presentar mi queja por lo sucedido, pero no me es posible, sin embargo y dependiendo de la conveniencia del hacho, mediante un asesoramiento diplomático por parte de mi abogado, presentare a la brevedad posible mi queja por escrito con el Sr. Embajador de Ecuador en México.



Sin más por el momento, me despido, quedando de ustedes.




Atentamente
*************************** (Micheloso de nuevo)

Esto paso el 26 de Diciembre de 2005

TAGSA - Aeropuerto Internacional Simón Bolívar
Guayaquil, Ecuador.
Mexicana de Aviación - Ecuador
Magdalena Valladares y Sonia Saa.
Municipio De Guayaquil
Ab. Jaime José Nebot Saadi, Alcalde.
Sr. Joseph Garzozi, Dirección De Turismo
Fundación Regional De Asesoria En Derechos Humanos De Ecuador.
Comisión Ecuménica De Los Derechos Humanos De Ecuador.
Embajada De México En Ecuador
Alma Patricia Soria Ayuso, Embajadora
Víctor Manuel Delgado Trejo, Jefe De Cancillería
Santiago Mateos Cibrian, Encargado De Protección A Mexicanos Y Asuntos Políticos
Embajada De La República Del Ecuador En México
Excmo. Señor Reynaldo Eduardo Huerta Ortega, Embajador
Dirección General De Protección Y Asuntos Consulares
Secretaria De Relaciones Exteriores De México.
Ministro Miguel Gutiérrez Tinoco, Director General
Ministro Vicente Montemayor Cantú, Director General Adjunto De Políticas De Protección
Tercer Secretario Marco Antonio Fraire Bustillos, Director De Protección


A todos:

Con motivo de un viaje de placer a la ciudad de Guayaquil, para hacer turismo a las playas cercanas, estuve dos semanas en Ecuador.

Como antecedente diré que por motivos de trabajo estuve en dos ocasiones previas en Ecuador, de marzo a finales de mayo y de principios de junio a finales de agosto, visitando en varias ocasiones Guayaquil.

El 26 de diciembre de 2005, fue el día programado para el regreso a mi país muy temprano en la mañana.

Después de hacer el check in del vuelo, pagar el impuesto para salir del país y pasar por la aduana; me dirigía al área de compras, cuando agentes antinarcóticos de la policía ecuatoriana me detuvieron para hacerme un interrogatorio “de rutina”, después de hacerme preguntas sobre mi nacionalidad (ciudadano mexicano), mostrar mi pasaporte, aceptar la revisión de mi equipaje y objetos personales, declarar mis motivos de viaje y demás preguntas “rutinarias”, el agente que me “atendió” me dijo que podía seguir; inmediatamente dicho esto, apareció otro agente (con actitud descortés y agresiva) el cual me volvió a interrogar con las mismas preguntas y me pidió de nuevo mis documentos (pasaporte y pase de abordar), el señor detecto que el empleado de la aerolínea me había expedido el pase de abordar con un nombre diferente al mió.

Haciéndole notar el error al primer agente que me interrogo y reviso, este otro agente de la policía cambio su actitud hacia mi, tornándose mas inquisitivo y agresivo.

Le dije que no me había percatado del error, y le propuse ir al mostrador para que me hicieran el pase de abordar correcto, a lo cual el respondió que como yo ya había pasado por la aduana, no podía salir de esa área. El me dijo que buscáramos a los empleados de la línea aérea en la zona de abordar para ver que había pasado e hicieran la corrección del pase de abordar.

Fuimos al lugar, pero debido a que aun era temprano para abordar no se encontraba ningún representante o empleado de la aerolínea – en todo este tiempo coopere con las solicitudes de los agentes de la policía, sumado a que ellos mantenían en su posesión mi pasaporte y pase de abordar -; de regreso a la zona en donde todo inicio, el policía me dijo que mientras esperábamos que aparecieran los empleados de la aerolínea, me tomarían unas placas (radiografías), a lo cual accedí no sin dejar de preguntar si sucedía algo malo (obviamente extrañado por la actitud del agente de la policía), el me dijo que todo era de “rutina”, que nada malo pasaba.

Después de caminar por varios minutos, subir y bajar por casi todas las instalaciones del aeropuerto, buscando a la persona que toma las placas; al fin lo encontró y me indico que lo acompañara para realizar dicho “procedimiento de rutina”; después de dos exposiciones el aparato de rayos x y esperar al agente que tenia mis documentos, revisaron mis placas – en ese momento me percate que la persona que realizo las placas o radiografías, no era un técnico radiólogo y mucho menos un médico -; después de que “revisaron profesionalmente” las imágenes, y con la sapiencia que les da su placa de policía, decidieron que la imagen mostraba “un cuerpo extraño” en mi interior, lo cual indicaron en varias ocasiones hasta que el policía que tenia mis documentos me dijo y acuso con todo descaro que yo había ingerido “capsulas”, lo cual negué absoluta y categóricamente.

Sabiendo a que se refería con esta acusación, - obviamente nunca en mi vida y en ningún lugar en donde he estado, ninguna autoridad o policía me había detenido y mucho menos acusado de algo -, me puse algo nervioso, pero por la incapacidad e ineptitud de las personas que se supone son representantes de la ley en Ecuador.

Para este momento, la empleada de la línea aérea, ya se había percatado del error y me estaba buscando para darme el correcto pase de abordar en la aduana, encontrándose con el policía que lo tenia y cambiándoselo (esto lo supe por parte del policía y de la empleada de la aerolínea momentos después)

Sabiéndome inocente y conservando la calma, escuche como el seudo agente antinarcóticos me decía que debía acompañarlos al hospital de la policía para que un doctor y en otra maquina tomaran otra placa, por lo cual pase del nerviosismo al enojo.

Les dije que para que tienen una maquina de rayos X si no sirve, pregunte si no había un medico capacitado o al menos un radiólogo certificado en el aeropuerto, que era absurdo que tenían que tomar otra placa, además les advertí que si perdía mi vuelo ellos pagarían todos los gastos que eso generaría; no conformes con mi queja me dijeron que además “TENIA QUE PAGAR LA PLACA” para así agilizar el proceso. Con lo cual me de cuenta que lo que querían desde le principio era intimidarme, asustarme y así poder obtener dinero de mi.

Más enojo sentí, sin embargo y después de todo lo ya pasado y por antecedentes que ya tenía de la corrupción de la policía ecuatoriana, les dije que yo cooperaría pero que de ninguna forma me harían pagar un centavo de nada y que si perdía el vuelo ellos serian responsables de los gastos subsecuentes.

Al sentir mi disgusto, la firmeza en mis declaraciones y sabiendo de mi absoluta inocencia de lo que ellos me acusaban, y después de haberles dicho todo eso, no paso ni medio minuto cuando me dijeron que todo ya estaba bien y que ahora si podía continuar con mi viaje.

Inmediatamente después de todo esto, solicite quejarme formalmente por el trato recibido, a lo cual y con su caras de sorpresa, -que mas parecían de delincuentes que de policías-, me dijeron que lo hiciera con la aerolínea, que con ellos no debía hacerlo ya que todo ya “estaba bien y me podía ir”.

Con el tono de voz, ya muy elevado, y rodeado por mas de 5 agentes antinarcóticos (que insistían que no me quejara y me fuera), esperaba que me dijeran donde me podía quejar formalmente o que alguna otra autoridad me auxiliara, (la aduana y sus agentes estaban a 10 pasos de donde todo esto pasaba), desafortunadamente nada paso.

Sin lograr poner la queja formal en ese momento, me fui a la sala de abordar, comunicándole a la señorita empleada de la aerolínea lo que había sucedido y ella solo se limito a disculparse, como si con ello despareciera el mal rato pasado.

El trafico de estupefacientes y demás drogas ilegales, es un cáncer en la sociedad, apoyo la correcta lucha en contra de este mal en mi país y en todo el mundo, sin embargo no es justo que se tome como pretexto para que personas ineficientes y corruptas en cualquier policía, abusen del poder otorgado por las autoridades para intimidar, acosar y tratar de corromper a cualquier ciudadano.

Actualmente me encuentro sano y salvo en la Ciudad de México, pero desilusionado porque las dos semanas casi perfectas que pase en Ecuador, fueron opacadas por un incidente de poco más de 30 minutos. Desafortunadamente por la tensión y el nerviosismo de la situación, no tuve la precaución de tomar los nombres de los elementos de la policía que participaron en este nuevo ejemplo de abuso de autoridad. Sin embargo y de ser necesario estoy dispuesto a identificarlos si se considera necesario para ejecutar las acciones correspondientes.

Y lo más lamentable es que un país con tanto potencial y en una etapa de próximo desarrollo y de tratados de libre comercio, quede mal por funcionarios públicos poco éticos, ineficientes y corruptos, que le dan mala fama a toda la sociedad ecuatoriana.

Presentare esta queja a todos los involucrados y demás dependencias que puedan tomar cartas en el asunto, para que dichos seudo agentes antinarcóticos de la policía ecuatoriana en Guayaquil, sean por lo menos amonestados y en el mejor de los casos removidos de sus funciones.

Desde los encargados del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo Latinoamericano, Mexicana de Aviación Ecuador, la Embajada de México en Ecuador, la Fundación Regional de Asesoria en Derechos Humanos de Ecuador, Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos, La Comisión de Control Cívico de la Corrupción, la Embajada de Ecuador en México, la Secretaria de Relaciones Exteriores de México y al Gobierno de la Ciudad de Guayaquil.

Al investigar quien era la autoridad absoluta en el aeropuerto, me encontré con Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil, pero sin información de dicha autoridad, ni teléfonos o correos electrónicos, vamos ni siquiera un buzón de quejas y sugerencias. En fin…

Sin más por el momento, y en espera de que tomen cartas en el asunto a la brevedad y no se quede como una anécdota mas del abuso de las autoridades (lo cual me obligaría a tomar otras medidas para que mi queja se atienda como se debe), estoy a las ordenes de quien requiera mas información y me despido esperando satisfactoria respuesta.

Atentamente.

********************************** (Micheloso)