sábado, mayo 13, 2006

Esto paso el 26 de Diciembre de 2005

TAGSA - Aeropuerto Internacional Simón Bolívar
Guayaquil, Ecuador.
Mexicana de Aviación - Ecuador
Magdalena Valladares y Sonia Saa.
Municipio De Guayaquil
Ab. Jaime José Nebot Saadi, Alcalde.
Sr. Joseph Garzozi, Dirección De Turismo
Fundación Regional De Asesoria En Derechos Humanos De Ecuador.
Comisión Ecuménica De Los Derechos Humanos De Ecuador.
Embajada De México En Ecuador
Alma Patricia Soria Ayuso, Embajadora
Víctor Manuel Delgado Trejo, Jefe De Cancillería
Santiago Mateos Cibrian, Encargado De Protección A Mexicanos Y Asuntos Políticos
Embajada De La República Del Ecuador En México
Excmo. Señor Reynaldo Eduardo Huerta Ortega, Embajador
Dirección General De Protección Y Asuntos Consulares
Secretaria De Relaciones Exteriores De México.
Ministro Miguel Gutiérrez Tinoco, Director General
Ministro Vicente Montemayor Cantú, Director General Adjunto De Políticas De Protección
Tercer Secretario Marco Antonio Fraire Bustillos, Director De Protección


A todos:

Con motivo de un viaje de placer a la ciudad de Guayaquil, para hacer turismo a las playas cercanas, estuve dos semanas en Ecuador.

Como antecedente diré que por motivos de trabajo estuve en dos ocasiones previas en Ecuador, de marzo a finales de mayo y de principios de junio a finales de agosto, visitando en varias ocasiones Guayaquil.

El 26 de diciembre de 2005, fue el día programado para el regreso a mi país muy temprano en la mañana.

Después de hacer el check in del vuelo, pagar el impuesto para salir del país y pasar por la aduana; me dirigía al área de compras, cuando agentes antinarcóticos de la policía ecuatoriana me detuvieron para hacerme un interrogatorio “de rutina”, después de hacerme preguntas sobre mi nacionalidad (ciudadano mexicano), mostrar mi pasaporte, aceptar la revisión de mi equipaje y objetos personales, declarar mis motivos de viaje y demás preguntas “rutinarias”, el agente que me “atendió” me dijo que podía seguir; inmediatamente dicho esto, apareció otro agente (con actitud descortés y agresiva) el cual me volvió a interrogar con las mismas preguntas y me pidió de nuevo mis documentos (pasaporte y pase de abordar), el señor detecto que el empleado de la aerolínea me había expedido el pase de abordar con un nombre diferente al mió.

Haciéndole notar el error al primer agente que me interrogo y reviso, este otro agente de la policía cambio su actitud hacia mi, tornándose mas inquisitivo y agresivo.

Le dije que no me había percatado del error, y le propuse ir al mostrador para que me hicieran el pase de abordar correcto, a lo cual el respondió que como yo ya había pasado por la aduana, no podía salir de esa área. El me dijo que buscáramos a los empleados de la línea aérea en la zona de abordar para ver que había pasado e hicieran la corrección del pase de abordar.

Fuimos al lugar, pero debido a que aun era temprano para abordar no se encontraba ningún representante o empleado de la aerolínea – en todo este tiempo coopere con las solicitudes de los agentes de la policía, sumado a que ellos mantenían en su posesión mi pasaporte y pase de abordar -; de regreso a la zona en donde todo inicio, el policía me dijo que mientras esperábamos que aparecieran los empleados de la aerolínea, me tomarían unas placas (radiografías), a lo cual accedí no sin dejar de preguntar si sucedía algo malo (obviamente extrañado por la actitud del agente de la policía), el me dijo que todo era de “rutina”, que nada malo pasaba.

Después de caminar por varios minutos, subir y bajar por casi todas las instalaciones del aeropuerto, buscando a la persona que toma las placas; al fin lo encontró y me indico que lo acompañara para realizar dicho “procedimiento de rutina”; después de dos exposiciones el aparato de rayos x y esperar al agente que tenia mis documentos, revisaron mis placas – en ese momento me percate que la persona que realizo las placas o radiografías, no era un técnico radiólogo y mucho menos un médico -; después de que “revisaron profesionalmente” las imágenes, y con la sapiencia que les da su placa de policía, decidieron que la imagen mostraba “un cuerpo extraño” en mi interior, lo cual indicaron en varias ocasiones hasta que el policía que tenia mis documentos me dijo y acuso con todo descaro que yo había ingerido “capsulas”, lo cual negué absoluta y categóricamente.

Sabiendo a que se refería con esta acusación, - obviamente nunca en mi vida y en ningún lugar en donde he estado, ninguna autoridad o policía me había detenido y mucho menos acusado de algo -, me puse algo nervioso, pero por la incapacidad e ineptitud de las personas que se supone son representantes de la ley en Ecuador.

Para este momento, la empleada de la línea aérea, ya se había percatado del error y me estaba buscando para darme el correcto pase de abordar en la aduana, encontrándose con el policía que lo tenia y cambiándoselo (esto lo supe por parte del policía y de la empleada de la aerolínea momentos después)

Sabiéndome inocente y conservando la calma, escuche como el seudo agente antinarcóticos me decía que debía acompañarlos al hospital de la policía para que un doctor y en otra maquina tomaran otra placa, por lo cual pase del nerviosismo al enojo.

Les dije que para que tienen una maquina de rayos X si no sirve, pregunte si no había un medico capacitado o al menos un radiólogo certificado en el aeropuerto, que era absurdo que tenían que tomar otra placa, además les advertí que si perdía mi vuelo ellos pagarían todos los gastos que eso generaría; no conformes con mi queja me dijeron que además “TENIA QUE PAGAR LA PLACA” para así agilizar el proceso. Con lo cual me de cuenta que lo que querían desde le principio era intimidarme, asustarme y así poder obtener dinero de mi.

Más enojo sentí, sin embargo y después de todo lo ya pasado y por antecedentes que ya tenía de la corrupción de la policía ecuatoriana, les dije que yo cooperaría pero que de ninguna forma me harían pagar un centavo de nada y que si perdía el vuelo ellos serian responsables de los gastos subsecuentes.

Al sentir mi disgusto, la firmeza en mis declaraciones y sabiendo de mi absoluta inocencia de lo que ellos me acusaban, y después de haberles dicho todo eso, no paso ni medio minuto cuando me dijeron que todo ya estaba bien y que ahora si podía continuar con mi viaje.

Inmediatamente después de todo esto, solicite quejarme formalmente por el trato recibido, a lo cual y con su caras de sorpresa, -que mas parecían de delincuentes que de policías-, me dijeron que lo hiciera con la aerolínea, que con ellos no debía hacerlo ya que todo ya “estaba bien y me podía ir”.

Con el tono de voz, ya muy elevado, y rodeado por mas de 5 agentes antinarcóticos (que insistían que no me quejara y me fuera), esperaba que me dijeran donde me podía quejar formalmente o que alguna otra autoridad me auxiliara, (la aduana y sus agentes estaban a 10 pasos de donde todo esto pasaba), desafortunadamente nada paso.

Sin lograr poner la queja formal en ese momento, me fui a la sala de abordar, comunicándole a la señorita empleada de la aerolínea lo que había sucedido y ella solo se limito a disculparse, como si con ello despareciera el mal rato pasado.

El trafico de estupefacientes y demás drogas ilegales, es un cáncer en la sociedad, apoyo la correcta lucha en contra de este mal en mi país y en todo el mundo, sin embargo no es justo que se tome como pretexto para que personas ineficientes y corruptas en cualquier policía, abusen del poder otorgado por las autoridades para intimidar, acosar y tratar de corromper a cualquier ciudadano.

Actualmente me encuentro sano y salvo en la Ciudad de México, pero desilusionado porque las dos semanas casi perfectas que pase en Ecuador, fueron opacadas por un incidente de poco más de 30 minutos. Desafortunadamente por la tensión y el nerviosismo de la situación, no tuve la precaución de tomar los nombres de los elementos de la policía que participaron en este nuevo ejemplo de abuso de autoridad. Sin embargo y de ser necesario estoy dispuesto a identificarlos si se considera necesario para ejecutar las acciones correspondientes.

Y lo más lamentable es que un país con tanto potencial y en una etapa de próximo desarrollo y de tratados de libre comercio, quede mal por funcionarios públicos poco éticos, ineficientes y corruptos, que le dan mala fama a toda la sociedad ecuatoriana.

Presentare esta queja a todos los involucrados y demás dependencias que puedan tomar cartas en el asunto, para que dichos seudo agentes antinarcóticos de la policía ecuatoriana en Guayaquil, sean por lo menos amonestados y en el mejor de los casos removidos de sus funciones.

Desde los encargados del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo Latinoamericano, Mexicana de Aviación Ecuador, la Embajada de México en Ecuador, la Fundación Regional de Asesoria en Derechos Humanos de Ecuador, Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos, La Comisión de Control Cívico de la Corrupción, la Embajada de Ecuador en México, la Secretaria de Relaciones Exteriores de México y al Gobierno de la Ciudad de Guayaquil.

Al investigar quien era la autoridad absoluta en el aeropuerto, me encontré con Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil, pero sin información de dicha autoridad, ni teléfonos o correos electrónicos, vamos ni siquiera un buzón de quejas y sugerencias. En fin…

Sin más por el momento, y en espera de que tomen cartas en el asunto a la brevedad y no se quede como una anécdota mas del abuso de las autoridades (lo cual me obligaría a tomar otras medidas para que mi queja se atienda como se debe), estoy a las ordenes de quien requiera mas información y me despido esperando satisfactoria respuesta.

Atentamente.

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